¿Pádel indoor o al aire libre?

La primavera ya está aquí y los grandes mamíferos salen (salimos) de la hibernación de los meses de invierno para disfrutar del solecito, el buen tiempo y por supuesto el pádel.

Creo que no sorprendo a nadie si digo que en el último año han surgido clubes de pádel indoor como setas: cualquiera que tuviese una nave industrial vacía se apañaba un club indoor en un par de tardes. Uno ha visto de todo en este mundillo pero hay que reconocer que la gente aprende de sus errores y que cada vez las instalaciones son mejores. Prueba de ello es que resulta prácticamente imposible reservar sin antelación una pista en hora punta (entre semana a partir de las 18:00 y los fines de semana por la mañana) en estas instalaciones.

¿Implica esto que el futuro del pádel se escribirá bajo techo? Arriesgada afirmación sin duda. Podemos fijarnos en el tenis, ese hermano mayor, donde casi todas las pistas disponibles son exteriores, aunque las dimensiones que necesita una pista de tenis bajo techo dificultan la proliferación de esta clase de instalaciones.

¿Qué ventajas supone jugar al exterior frente a hacerlo bajo techo? Vamos a intentar desgranar un poco las ventajas y desventajas de cada alternativa y al final os preguntaremos a vosotros, los lectores soberanos de esta página para que emitáis un juicio.

CLIMATOLOGÍA

Aquí parece que el indoor es el claro vencedor: si llueve se acabó jugar al aire libre, si hace mucho frío o mucho calor da pereza jugar al aire libre, si hace viento es molesto, si hay humedad se nos empaña el cristal, si sale el sol nos molesta que nos dé en la cara... En fin, mil y un problemas pero no todo es de color de rosa bajo techo porque la climatización es muy importante (y muy cara): en una alegre y soleada mañana primaveral podemos jugar en un congelador (ya no hará falta que nos hagan la nevera) o en una tarde de verano podríamos encontrarnos en una asfixiante sauna. Es un riesgo cada vez menor pero siempre presente: una pista indoor sin la correcta climatización puede ser más impracticable que jugar al aire libre en Siberia en enero o en Sevilla en agosto.

Para romper una lanza en favor de las pistas al aire libre y tal vez siendo un poco subjetivo, diré que la sensación de jugar bajo el sol, con la brisa primaveral u otoñal, es incomparable. Desafortunadamente es un periodo relativamente corto (de abril a finales de mayo, y de septiembre a finales de octubre en Madrid), donde el calor no hace estragos y casi cualquier hora de la tarde es buena para jugar.

INSTALACIONES

Prácticamente todas las pistas indoor (diría todas pero no estoy seguro al 100%) ofrecen moqueta y cristal. Para los partidarios acérrimos del muro es un punto a favor de las pistas exteriores, donde hay más diversidad. Claro que esa diversidad también se advierte en el mantenimiento: las pistas exteriores sufren más el desgaste y esto se nota, aunque hay que tener en cuenta que la mayoría de clubes indoor no cuentan con más de dos años de existencia.

La iluminación también es importante. Generalmente el único problema que uno se puede encontrar al aire libre es con la luz solar, que puede ser molesta. Cuando cae la noche se encienden los focos y no hay más inconveniente. Las pistas indoor necesitan la iluminación casi siempre, al jugarse generalmente en naves sin ventanas o con minúsculas aperturas. Y la luz sale cara. Como los clubes son conscientes de esto, en algunos sitios ofrecen la posibilidad de contratar menos iluminación según las condiciones de visibilidad. Mucho cuidado con esto porque puede ser una fuente de conflicto entre ratuzas y cegatos.

Los clubes indoor han empezado fuerte aprendiendo de los errores de sus predecesores y la mayoría ofrecen la posibilidad de reservar por Internet o por teléfono sin compromiso. Cuentan con la seguridad de la disponibilidad climatológica y generalmente buenas instalaciones, pero el número de pistas es reducido y la demanda alta. Además tienen que optimizar el espacio al máximo, haciendo que las zonas comunes (salvo excepciones o pistas centrales patrocinadas) sean pequeñas, con pasillos angostos y recovecos donde se cuelan las bolas y nunca más las recuperas, por más que las tengas a la vista. Esta optimización trae consigo el hecho de que estés continuamente rodeado por pistas, lo que hace que sea sencillísimo colarle bolas a un vecino o que éste te las cuele a ti, arruinando un punto que podía aspirar a ser legendario.

Los clubes al aire libre suelen dejar más espacio para las zonas comunes y el bar (IMPORTANTÍSIMO). Puede parecer frívolo a los jugadores más profesionales, pero un buen partido siempre juega su último set en un bar y si es en una terracita, mejor que mejor.

PRECIO

Miki ya comentó en su día que estábamos viviendo una burbuja del pádel y aquí son los clubes indoor unos de las grandes culpables. Se aprovechan de que no dependen de la climatología y que ofrecen instalaciones bastante buenas y nuevas (habrá que verlas en un par de años), pero al mismo tiempo cobran sobreprecio por la iluminación y la climatización.

Aun así hay que agradecer a los clubes indoor cierto espíritu innovador: las reservas online ya comentadas, la posibilidad de grabar partidos y la implantación de las tarifas en horas valle, aquellas que cuentan con menor demanda.

Las pistas exteriores son más baratas: en general la diferencia entre una pista interior y exterior suele rondar los 2 euros por hora, pero puede haber sitios donde cometan un atraco a mano armada.

Tras este simulacro de análisis llegó la hora de decidirse y para ello os dejo el siguiente formulario para que seáis vosotros los que toméis la palabra y dictéis sentencia.