domingo, 13 de julio de 2008

Kung Fu Pádel


Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, en las lejanas llanuras bañadas por el Ha-Rama, vivía un jugador de pádel superlativo: el Padelista del Dragón. Los que le habían visto jugar hablaban sin parar de sus increíbles golpes, su prodigioso juego de pies, su inteligencia sin parangón o la delicadeza de su toque. El Padelista del Dragón jugó al pádel sin sufrir nunca una derrota en vida. Se enfrentó a los más grandes y demoniacos rivales: el Voleador Oscuro, el Sacador Infernal o el Padelista de las Sombras, y a todos ellos derrotó con el poder místico de la luz padeliana sin ceder un solo set.
Esta misma leyenda cuenta que tras su muerte terrenal su espíritu permaneció dormido a la espera de reencarnarse en un padelista que mereciera tal honor. Ayer, en la pista 2 del C.T. Coslada, cuatro jugadores llegaron para reclamar el poder y el título del Padelista del Dragón, en un encuentro que estaba llamado a hacer historia en los anales del Pádel Kung Fu.

El partido se convirtió en un duelo de hermanos: los Martínez (Jesús y Javier) contra los Yagüe, pero al mismo tiempo era un enfrentamiento entre cuatro formas diferentes de ver el Pádel Kung Fu. Por un lado estaba Miki, representante del estilo de la Rata (conocido en algunos ámbitos europeos como padelaccio); Javier es el dominador de la técnica del Mono Cojo, imprevisible y desesperante; Jesús domina la técnica del Leopardo de las Nieves: frialdad y potencia (a veces demasiada); Pedro es el maestro en la técnica de la Grulla: sus golpes pueden parecer frágiles, pero esconden grandes secretos detrás.

Desde el primer peloteo se vio que los cuatro jugadores estaban dispuestos a darlo todo. No se regalaba ni un punto, se corría a por cada bola como si fuera la última. Javier puso en práctica la técnica del Murciélago Paticorto en sus saques de revés (consiste en sacar cortado de revés), logrando el inusitado éxito de sufrir el primer break. Así los Martínez tuvieron que ir a remolque durante gran parte de un igualadísimo primer set. Pedro causaba estragos con su golpe de la Culebra del Arrozal (dejada tocadita imposible de llegar) mientras Miki mostraba seguridad y regularidad en sus golpes. El calor apretaba y todo parecía indicar que serían los guerreros del clan Yagüe los que lograrían adjudicarse la primera manga.
Sin embargo, con 5-4 y saque para Miki algo turbó su estado de concentración, condición indispensable para desarrollar un buen Pádel Kung Fu, y los Martínez, jugando a medias al estilo de la Rata, combinándolo con sus habilidades propias, lograron un trascendental break que devolvió la igualdad al marcador, igualdad que se mantendría hasta el tie-break.
Dicen las estadísticas que el equipo que hace el primer punto del tie-break tiene muchas posibilidades de llevarse el desempate. Una vez más, las estadísticas se equivocaron por completo: los Yagüe lograron el primer punto, pero los Martínez los siete restantes y se anotaron el primer set.

El vendaval Martínez prosiguió en el segundo set, logrando un break rápido y mostrando solidez y compenetración en el juego. Tras los cuatro primeros juegos (3-1) volvió la igualdad al encuentro hasta que un nuevo break al saque de Javier (y su poco eficiente técnica del Murciélago Paticorto) dejaba todo en tensión. Con 4-4 en el marcador se desarrolló el juego definitivo, aquel en el que los padelistas kung fu deben abstraerse del mundanal ruido y desarrollar todo su pádel ante la presión de un rival que no retrocede. Traducido al cristiano: un deuce larguísimo, que hizo que el juego tardara en resolverse un cuarto de hora, con ventaja para los Yagüe. La manera de perder el juego debió afectar duramente a Jesús, que en el juego decisivo realizó dos fatídicas dobles faltas consecutivas, regalando de este modo el juego y el set.

Sin duda perder el set había sido un golpe muy duro, pero un padelista kung fu debe mirar adelante, creer en su pádel sin menospreciar al contrario. Pero por mucho kung fu que se ponga, cuando no se puede no se puede. Los Yagüe rompieron una vez más el saque de Javier (único aspecto muy negativo de su juego) y se pusieron en ventaja. Si los Martínez querían ganar sin duda debían despertar de una puñetera vez al espíritu del Dragón. Algo debieron de hacer porque poco a poco fueron ganando terreno en el juego. Su pádel kung fu no era nada del otro jueves, si acaso merecedor del espíritu de la Lagartija (algo es algo), pero sembraron la duda en su rival. Miki se desenganchó del partido a la vez que Jesús se lucía con su Resto del Panda Rojo (nombre artístico de su "resto de la casa"). Pedro era el único que mantenía en pie a su equipo, mientras Javier se hacía fuerte con la Volea de la Serpiente Cascabel (la volea pandereta de toda la vida). Así los Martínez devolvieron el break inicial y empataron el encuentro.
Con 4-4 volvió la igualdad, solo rota en algunos puntos por los golpes de la Araña Bailarina de Jesús (sus típicas y clásicas coñas con la red). El saque de Pedro deparó otro deuce maratoniano que se resolvió felizmente para los Martínez (digo "felizmente" porque soy yo quien escribe la crónica y nunca he pretendido que fuese objetiva). Al siguiente juego Javier por fin logró que su Murciélago Paticorto echara a volar y solventó con suficiencia y clase el set y el partido.

Visto lo visto, ninguno de los cuatro jugadores se hicieron merecedores del honor de ser el Padelista del Dragón. Tal vez en el próximo partido podamos ver a tan mítico jugador, o puede que tengamos que esperar 1000 años para la llegada del verdadero maestro del Pádel Kung Fu.

FICHA

Martínez Bros (Jesús(D)-Javier(I)) vence a Yagüe Bros (Pedro(D)-Miki(I)) por 7-6(1)/4-6/6-4

C.T. Coslada, pista 2

Sin público e incluso con inquietantes silencios al final del tercer set.

Tarde calurosa pero no mucho: unos 30-31 grados sin apenas viento.

PS. Aprovecho esta crónica para pedir disculpas a los millones de lectores de este blog por la falta de crónicas. Se han juntado muchos factores: vagancia, exámenes, mal tiempo, lesiones, más vagancia... y por un motivo u otro se ha dejado esto un poco abandonado. Nuestra memoria de pez probablemente nos impida elaborar las crónicas del II Maratón, pero intentaremos sacar partido a estos encuentros veraniegos con jugosas y delirantes crónicas.

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