A veces la casualidad propicia momentos memorables. La desafortunada lesión de última hora de Alberto dejó la puerta abierta para la incorporación de Pedro, jugador de nivel que completaba un cartel inédito.
Las condiciones tal vez no eran a priori las mejores: una hora temprana, un día algo desapacible, una pareja que nunca había jugado junta frente a una pareja ya consolidada... pero no importaba, cuando hay calidad el espectáculo está garantizado.
Ya desde el principio se intuía lo que podía ser el partido. La importancia del partido dejaba las bromas y piques para otro día, los errores se lamentaban como si fuera una puñalada en el corazón y cada bola se luchaba como si fuese la vida en ello.
El primer set empezó muy igualado, pero con una tendencia muy clara: Pedro y Jesús se mostraban más agresivos en la red, mientras que Víctor y Miki hacían gala de toda su clase para intentar rebasarlos. En este set y en el siguiente, la balanza de la presumible igualdad se decantó hacia Miki y Víctor, primero por la enorme cantidad de errores no forzados de sus rivales (no suele ser habitual que Jesús haga tantas dobles faltas), y segundo por el estado de gracia en el que se encontraban. Víctor probablemente jugó el mejor partido que yo le haya visto, muy acertado en la red, puñetero en el saque y fiable desde el fondo de la pista. Miki acompañaba a su compañero, con una gran seguridad en los golpes y en el saque. En el otro lado, los errores ya comentados mermaban su confianza. Si a esto unimos el hecho de que se trataba de una pareja que nunca había jugado junta, algo se puede explicar.
La dinámica de los dos primeros sets fue la misma: enorme igualdad, con gran número de juegos decididos en el deuce, pero los pequeños detalles condenaban a Pedro y Jesús. Dos breaks consolidados, uno en cada set, y un doble 6-3 para Víctor y Miki. Nubarrones negros para sus rivales.
El tercer set trajo la conjura de Pedro y Jesús: "vamos a jugar sin presión, no tenemos nada que perder, a por ellos, oé, oé, oé". Y resultó efectiva. Probablemente Víctor y Miki se dejaron llevar un poco ante el resultado favorable, aun así Pedro y Jesús siguieron con su juego agresivo pero soltando el brazo, y los resultados se vieron desde el primer momento. Ahora eran Víctor y Miki los que iban a remolque, con golpes cada vez más forzados para tratar de romper la hegemonía de Pedro en la red. Esto se notó, y Pedro y Jesús se llevaron con relativa facilidad el tercer set, (6-1).
El cuarto seguía la misma dinámica, pero con Miki y Víctor más metidos en el partido. El set se parecía cada vez más a los dos primeros, con la diferencia de que Pedro y Jesús fallaban menos, cosa que se notó en los deuces que solían perder en los primeros sets. Fue en este igualado set donde tal vez se vieron puntos de grandísima calidad: largos peloteos, con globos, voleas cortadas, rebozadas por el suelo, contraparedes, etc. Pedro con sus dejadas imposibles, Miki con sus passings paralelos, Víctor castigando con los golpes cortados y Jesús con los restos cruzados. Cuatro jugadorazos que lo estaban dando todo. Como muestra la camiseta sudada de Jesús: estaba igual en diciembre a 9 grados que en agosto a 33. De repente un tímido chispeo amenazó al partido, pero el cielo no podía dejar que se suspendiera este partido y no consumó su amenaza.
Este set se lo llevaron Pedro y Jesús fundamentalmente por dos motivos: se encontraban mejor físicamente y fallaron menos en los momentos decisivos. Lograron un break clave al saque de Víctor y luego Jesús decidió con facilidad con su saque, más fiable que al inicio del partido (6-3).
Quedaban veinte minutos y parecía posible terminar este partido para el recuerdo, pero los juegos se alargaban en peloteos increíbles, donde cada jugador mostraba lo mejor de su repertorio. La igualdad se mantenía aunque la iniciativa del juego era claramente de Pedro y Jesús. Finalmente, ya sobre la bocina, un disputado break al saque de Víctor dejaba el marcador en un 4-3. Se podría decir que con el saque a favor y viendo el desarrollo del set, el partido pintaba muy feo para Miki y Víctor, pero en esto del pádel nunca se sabe, así que se les da el beneficio de la duda.
A las 18,01h comenzó a llover seriamente. El cielo definitivamente nos había perdonado, dejándonos disfrutar de un gran partido.
Es probable que nuestro nivel de juego no sea nada del otro mundo, pero cuando coinciden cuatro jugadores de nivel parejo y lo dan todo, se disfruta jugando y se aprende mucho. Habrá que repetirlo.
FICHA
Pareja provisional con futuro (Jesús (D)-Pedro (I)) vs Roman Power (Víctor (D)-Miki (I)) acaba en 3-6/3-6/6-1/6-3/4-3 con saque para Jesús.
C.T. Coslada pista 1.
Nadie, pero nadie nadie a las 4. Luego ya fue llegando gente.
Nublado, fresco, unos 9-10 grados, con amenaza no consumada de lluvia.
Las condiciones tal vez no eran a priori las mejores: una hora temprana, un día algo desapacible, una pareja que nunca había jugado junta frente a una pareja ya consolidada... pero no importaba, cuando hay calidad el espectáculo está garantizado.
Ya desde el principio se intuía lo que podía ser el partido. La importancia del partido dejaba las bromas y piques para otro día, los errores se lamentaban como si fuera una puñalada en el corazón y cada bola se luchaba como si fuese la vida en ello.
El primer set empezó muy igualado, pero con una tendencia muy clara: Pedro y Jesús se mostraban más agresivos en la red, mientras que Víctor y Miki hacían gala de toda su clase para intentar rebasarlos. En este set y en el siguiente, la balanza de la presumible igualdad se decantó hacia Miki y Víctor, primero por la enorme cantidad de errores no forzados de sus rivales (no suele ser habitual que Jesús haga tantas dobles faltas), y segundo por el estado de gracia en el que se encontraban. Víctor probablemente jugó el mejor partido que yo le haya visto, muy acertado en la red, puñetero en el saque y fiable desde el fondo de la pista. Miki acompañaba a su compañero, con una gran seguridad en los golpes y en el saque. En el otro lado, los errores ya comentados mermaban su confianza. Si a esto unimos el hecho de que se trataba de una pareja que nunca había jugado junta, algo se puede explicar.
La dinámica de los dos primeros sets fue la misma: enorme igualdad, con gran número de juegos decididos en el deuce, pero los pequeños detalles condenaban a Pedro y Jesús. Dos breaks consolidados, uno en cada set, y un doble 6-3 para Víctor y Miki. Nubarrones negros para sus rivales.
El tercer set trajo la conjura de Pedro y Jesús: "vamos a jugar sin presión, no tenemos nada que perder, a por ellos, oé, oé, oé". Y resultó efectiva. Probablemente Víctor y Miki se dejaron llevar un poco ante el resultado favorable, aun así Pedro y Jesús siguieron con su juego agresivo pero soltando el brazo, y los resultados se vieron desde el primer momento. Ahora eran Víctor y Miki los que iban a remolque, con golpes cada vez más forzados para tratar de romper la hegemonía de Pedro en la red. Esto se notó, y Pedro y Jesús se llevaron con relativa facilidad el tercer set, (6-1).
El cuarto seguía la misma dinámica, pero con Miki y Víctor más metidos en el partido. El set se parecía cada vez más a los dos primeros, con la diferencia de que Pedro y Jesús fallaban menos, cosa que se notó en los deuces que solían perder en los primeros sets. Fue en este igualado set donde tal vez se vieron puntos de grandísima calidad: largos peloteos, con globos, voleas cortadas, rebozadas por el suelo, contraparedes, etc. Pedro con sus dejadas imposibles, Miki con sus passings paralelos, Víctor castigando con los golpes cortados y Jesús con los restos cruzados. Cuatro jugadorazos que lo estaban dando todo. Como muestra la camiseta sudada de Jesús: estaba igual en diciembre a 9 grados que en agosto a 33. De repente un tímido chispeo amenazó al partido, pero el cielo no podía dejar que se suspendiera este partido y no consumó su amenaza.
Este set se lo llevaron Pedro y Jesús fundamentalmente por dos motivos: se encontraban mejor físicamente y fallaron menos en los momentos decisivos. Lograron un break clave al saque de Víctor y luego Jesús decidió con facilidad con su saque, más fiable que al inicio del partido (6-3).
Quedaban veinte minutos y parecía posible terminar este partido para el recuerdo, pero los juegos se alargaban en peloteos increíbles, donde cada jugador mostraba lo mejor de su repertorio. La igualdad se mantenía aunque la iniciativa del juego era claramente de Pedro y Jesús. Finalmente, ya sobre la bocina, un disputado break al saque de Víctor dejaba el marcador en un 4-3. Se podría decir que con el saque a favor y viendo el desarrollo del set, el partido pintaba muy feo para Miki y Víctor, pero en esto del pádel nunca se sabe, así que se les da el beneficio de la duda.
A las 18,01h comenzó a llover seriamente. El cielo definitivamente nos había perdonado, dejándonos disfrutar de un gran partido.
Es probable que nuestro nivel de juego no sea nada del otro mundo, pero cuando coinciden cuatro jugadores de nivel parejo y lo dan todo, se disfruta jugando y se aprende mucho. Habrá que repetirlo.
FICHA
Pareja provisional con futuro (Jesús (D)-Pedro (I)) vs Roman Power (Víctor (D)-Miki (I)) acaba en 3-6/3-6/6-1/6-3/4-3 con saque para Jesús.
C.T. Coslada pista 1.
Nadie, pero nadie nadie a las 4. Luego ya fue llegando gente.
Nublado, fresco, unos 9-10 grados, con amenaza no consumada de lluvia.
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