Ayer fue uno de esos días de buen rollo en la pista, donde lo de menos fue el resultado, así que no voy a hablar de puntuaciones sino de puntos, jugadas, insultos y demás acontecimientos graciosos.
Se jugaron dos partidos de aproximadamente una hora cada uno. En el primero, los Ironmen, formados por Javier Ironman y Jesús Máquina de Pádel barrieron de la pista a Miki y Juan. La cosa tuvo poca historia y lo único destacable es recordar que el fulano que iba dentro de Ironman se llamaba Tony Stark. La compenetración de la pareja Miki-Juan era casi inexistente (casi igual que jugando al Pro) y la calidad de los Ironmen decidía todos los puntos.
El segundo partido fue el bueno. Las parejas cambiaron, Jesús Máquina de Pádel se pasó con Juan y Los Sacamantecas (Miki y Javier Guti) formaron juntos. Desde el principio se vio que la cosa no iba a ser como antes. La pareja Jesús-Juan jugaba bastante mejor e intimidaba a esos dos abortos de desván que tenían como contrincantes. En declaraciones posteriores a este cronista, Juan aseguró que jugar con Jesús le resultaba más sencillo que hacerlo con Miki. Y es que con Jesús todo es más sencillo, sabe sacar de cada jugador su máximo rendimiento y formar parejas invencibles (La Pareja de Oro, La Pareja Espartana, Los Ironmen, joder, ¡si ha ganado hasta jugando con Leo!).
Se jugaron dos partidos de aproximadamente una hora cada uno. En el primero, los Ironmen, formados por Javier Ironman y Jesús Máquina de Pádel barrieron de la pista a Miki y Juan. La cosa tuvo poca historia y lo único destacable es recordar que el fulano que iba dentro de Ironman se llamaba Tony Stark. La compenetración de la pareja Miki-Juan era casi inexistente (casi igual que jugando al Pro) y la calidad de los Ironmen decidía todos los puntos.
El segundo partido fue el bueno. Las parejas cambiaron, Jesús Máquina de Pádel se pasó con Juan y Los Sacamantecas (Miki y Javier Guti) formaron juntos. Desde el principio se vio que la cosa no iba a ser como antes. La pareja Jesús-Juan jugaba bastante mejor e intimidaba a esos dos abortos de desván que tenían como contrincantes. En declaraciones posteriores a este cronista, Juan aseguró que jugar con Jesús le resultaba más sencillo que hacerlo con Miki. Y es que con Jesús todo es más sencillo, sabe sacar de cada jugador su máximo rendimiento y formar parejas invencibles (La Pareja de Oro, La Pareja Espartana, Los Ironmen, joder, ¡si ha ganado hasta jugando con Leo!).
Dicho todo esto, el primer set cayó del lado Miki-Javier, y el segundo, pero el tercero iba con ventaja de Juan-Jesús cuando ya era hora de irse. Miki y Javier sacaron ventaja del arma más poderosa de este deporte, la coña, y de los restos contra pared lateral que tras verse repetidos tantas veces aburrían al personal. Mientras, Jesús deleitaba al público que abarrotaba cualquier otro sitio con sus famosos "restos de la casa", que los rivales transformaban en poco originales burlas llamándole "Resto de la casa". Juanillo aumentaba poco a poco su nivel de juego, con muy buenos porcentajes de primeros servicios, y Jesús golpeaba y corría todo lo demás para sujetar a la pareja. Enfrente, dos pobres mentales que alternaban golpes de maestro (esos pases entre las piernas, ese globo cayendo a plomo cuya onda expansiva aturdió a los rivales) con cagadas más propias de su verdadera edad mental (no lo digo yo, lo dice el Brain Training). Para hacerse una idea de lo que golpeaba Jesús (líder en todas las estadísticas del partido: aces, golpes ganadores, bolas cagadas, dobles faltas, kilómetros recorridos, hostias contra la pared e insultos por minuto) baste decir que a una dejada imposible de Javier junto a la puerta llegó primero Jesús desde el otro lado de la pista que su compañero desde el lado corto, y que no pudo golpear la bola en condiciones porque fue enculado con ímpetu por Juan, que se disculpó porque iba corriendo (espero que valga como disculpa). Por si esto fuera poco, encima fue agredido por los rivales que le propinaron dos pelotazos en los huevos (el segundo bastante doloroso).
Así pues, aprovecho esta crónica para pedir perdón a Juan por mis infinitas cagadas, por la cantidad de bolas que le robé y las veces que lo intenté y fallé. Aun así dice que jugar conmigo es mejor que hacerlo con esos dos becarios del Team Rocket.
Así pues, aprovecho esta crónica para pedir perdón a Juan por mis infinitas cagadas, por la cantidad de bolas que le robé y las veces que lo intenté y fallé. Aun así dice que jugar conmigo es mejor que hacerlo con esos dos becarios del Team Rocket.
Acabado el intercambio de fantasmadas, pelotazos, hostias diversas y algún que otro punto en que se convirtió el partido, Miki quiso erigirse en Rey del Pádel. Pobre iluso, todavía tiene por encima al Káiser Máquina de Pádel. Javier, por otro lado, dice que fue el que más ganó, concediéndose un mérito que no se merece. Y Juan acabó contento, pero con el gusanillo de saber que podía haber hecho más.
Es probable que alguno de los picores de escroto que teníamos ayer como rivales critiquen este texto. Primero por subjetivo (excesivamente subjetivo) y segundo por el enorme protagonismo que me doy en el mismo. Que les den. Las reglas de las crónicas están claras, y ese par de analfabetos funcionales, que ni siquiera saben contar los puntos, no sabrían escribir un texto ni aunque lo plagiaran de un plagio de Ana Rosa Quintana. Además yo cumplo con lo que me pidieron: uno dijo que sacara sus golpes contra pared y que reprodujese los insultos, y ahí está todo, para su disfrute; el otro pidió que dijese que él había ganado todos los sets (ya está dicho) y que lo nombrara más, así que aquí lo tiene: Javier, Javier, Javier, Javier, Javier, Javier, etc. Ale, comemieldas, gutishache, ELLOS, disfrutad de esto con moderación que la semana que viene vuelven los partidos por todo la alto y las crónicas de verdad.
Es probable que alguno de los picores de escroto que teníamos ayer como rivales critiquen este texto. Primero por subjetivo (excesivamente subjetivo) y segundo por el enorme protagonismo que me doy en el mismo. Que les den. Las reglas de las crónicas están claras, y ese par de analfabetos funcionales, que ni siquiera saben contar los puntos, no sabrían escribir un texto ni aunque lo plagiaran de un plagio de Ana Rosa Quintana. Además yo cumplo con lo que me pidieron: uno dijo que sacara sus golpes contra pared y que reprodujese los insultos, y ahí está todo, para su disfrute; el otro pidió que dijese que él había ganado todos los sets (ya está dicho) y que lo nombrara más, así que aquí lo tiene: Javier, Javier, Javier, Javier, Javier, Javier, etc. Ale, comemieldas, gutishache, ELLOS, disfrutad de esto con moderación que la semana que viene vuelven los partidos por todo la alto y las crónicas de verdad.
Dicho esto y tras este cúmulo de barbaridades que algunos todavía insisten en llamar crónica, llega el verdadero momento, en el que el mal llamado Rey del Pádel sufre la humillación general al publicarse el documento que demuestra que su título de Rey del Pro es todavía más inmerecido. El pasado domingo, EN SU CASA, CON SU CONSOLA (en la que echa más horas que un reloj), CON SU JUEGO Y JUGANDO CONTRA DOS PERSONAS QUE NO TIENEN LA PLAY NI JUEGAN AL PRO, el ex-Rey del Pro (y Juan) sufrió la vergüenza de perder por el escandaloso resultado de 1-5. Necesitará años de terapia para recuperarse de este palo. Muahahahahahaha.
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