El día había amanecido plomizo. Las previsiones auguraban lluvia, pero estamos en primavera, casi verano, el tiempo es cambiante y las ganas de jugar eran excesivas. A la hora de comer, caían tímidas gotas, que ni siquiera llegaban a mojar el suelo, parecía que el cielo tenía ganas de bromear.
A eso de las 16,30h me llama Leo, ha visto llover, tiene miedo. Pero gracias a mi innegable capacidad de convicción y a mi Desert Eagle .50 al final Leo termina llegando a la pista.
De camino al CT Coslada caen leves gotas, insignificantes pero que provocan inquietud.
El calentamiento es tranquilo, algo de viento y sin prácticamente gotas. Comienza el partido en seco. Son las 18,05h.
Jesús estaba particularmente motivado y tiraba de su compañero, Leo, que no se encontraba con la mejor disposición para jugar. En el otro lado, la Doble Al (Álvaro y Alberto), jugaban confiados creyendo que tenían un par de paquetes enfrente. Pero pronto se les borró la sonrisa de la cara: Jesús, con un juego especialmente agresivo (pelotazo para Álvaro) y varios mates violentos (faltaron los AU), y mucha movilidad logró un break rápido, mientras Leo se mostraba lo suficientemente fiable para aguantar los largos peloteos con los que la Doble Al intentaba volcar el juego de su parte. Casi de manera inmediata Leo y Jesús se pusieron 5-1, con saque para Alberto, pero entonces el cielo quiso participar.
Empezó a llover, primero tímidamente, lo justo para seguir jugando y que Leo y Jesús ganaran el set por 6-1, pero luego empezó a diluviar. Se llevaban apenas 15 minutos y se decidió seguir jugando, esperando que la cosa pasara pronto.
La lluvia provocó un desplome moral de Leo, que no estaba preparado para mojarse (había tenido todo el día para imaginárselo). Jesús intentaba animarlo: Es sólo una nube, Son cuatro gotas, Venga que no nos mojamos más... Pero cada vez que abría la boca, parecía provocar a las nubes, pues llovía más si cabe y lo increíble es que nos dábamos cuenta pese a estar completamente empapados. Con este panorama y sin entrar a boxes a cambiar los neumáticos, la Doble Al se llevó el set con facilidad por 6-1, más por fallos ajenos que por méritos propios.
A eso de las 16,30h me llama Leo, ha visto llover, tiene miedo. Pero gracias a mi innegable capacidad de convicción y a mi Desert Eagle .50 al final Leo termina llegando a la pista.
De camino al CT Coslada caen leves gotas, insignificantes pero que provocan inquietud.
El calentamiento es tranquilo, algo de viento y sin prácticamente gotas. Comienza el partido en seco. Son las 18,05h.
Jesús estaba particularmente motivado y tiraba de su compañero, Leo, que no se encontraba con la mejor disposición para jugar. En el otro lado, la Doble Al (Álvaro y Alberto), jugaban confiados creyendo que tenían un par de paquetes enfrente. Pero pronto se les borró la sonrisa de la cara: Jesús, con un juego especialmente agresivo (pelotazo para Álvaro) y varios mates violentos (faltaron los AU), y mucha movilidad logró un break rápido, mientras Leo se mostraba lo suficientemente fiable para aguantar los largos peloteos con los que la Doble Al intentaba volcar el juego de su parte. Casi de manera inmediata Leo y Jesús se pusieron 5-1, con saque para Alberto, pero entonces el cielo quiso participar.
Empezó a llover, primero tímidamente, lo justo para seguir jugando y que Leo y Jesús ganaran el set por 6-1, pero luego empezó a diluviar. Se llevaban apenas 15 minutos y se decidió seguir jugando, esperando que la cosa pasara pronto.
La lluvia provocó un desplome moral de Leo, que no estaba preparado para mojarse (había tenido todo el día para imaginárselo). Jesús intentaba animarlo: Es sólo una nube, Son cuatro gotas, Venga que no nos mojamos más... Pero cada vez que abría la boca, parecía provocar a las nubes, pues llovía más si cabe y lo increíble es que nos dábamos cuenta pese a estar completamente empapados. Con este panorama y sin entrar a boxes a cambiar los neumáticos, la Doble Al se llevó el set con facilidad por 6-1, más por fallos ajenos que por méritos propios.
El tercer set fue el más disputado y en el que mejores (es un decir) puntos se vieron. Bueno verse, verse, más bien lo que se intuía entre la lluvia. Y es que un servidor jugaba con las gafas completamente empañadas pero ni por esas la doble Al podía con nosotros. Leo aprendió a rematar, de la manera más ruin y cagona que un ser humano pueda concebir, pero aprendió. Alberto no estaba muy inspirado, y dejaba saques lentos que hacía perder la iniciativa del punto a la Doble Al. Álvaro daba muestras de clase, con buenos passing, incluyendo una pasada de bola entre piernas para dejarla rebotar en la pared. Jesús crecía en la red con muchos mates y voleas de espaldas. Si no hubiera sido por la lluvia, hubiera sido un buen set. Finalmente, Leo y Jesús se mostraron más firmes en los momentos claves del set (y más coñeros), y se llevaron la manga por 6-3.
Uno pensaba que ya no podía llover más, pero una vez nos equivocábamos. Lo que en el set anterior eran cuatro titanes dejándose la piel bajo la lluvia, ahora eran cuatro gilipollas completamente empapados pegando pelotazos y diciendo chorradas. La superioridad de la pareja Leo-Jesús era manifiesta, tanto en seco como en mojado y se decidió que lo mejor era dejarlo, no merecía la pena seguir. Eran las 19h y Leo-Jesús ganaban 4-2 y 40-15 con saque de Jesús.
Nos encaminamos rápidamente a que nos devolviesen los tickets. Las dos horas, a ver si colaba. Pero ver a cuatro impresentables completamente empapados y con palas de pádel en la mano hizo suponer al encargado que la primera hora ya la habíamos consumido.
FICHA
Desde Torrejón en fiestas (Jesús (D) - Leo (I)) ganan a La Doble Al (Álvaro(D) - Alberto(I)) por 6-1/1-6/6-3/4-2(40-15) (suspendido en cuanto aparecieron las primeras medusas en las pistas)
C.T. Coslada, pista 4
Ni el Tato en las pistas.
¿He comentado que llovía? Al menos no hacía frío, unos 23 grados calculo.
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