El partido de ayer fue una especie de prolongación del derby jugado en el Calderón el fin de semana pasado, no en el sentido del juego, sino por la emoción, la tensión y el pique previo (sobre todo esto último). El juego fue lo de menos y no se puede decir que fuese uno de los partidos más brillantes que se hayan disputado en las pistas del CT Coslada.
El partido se había calentado (y de qué manera) durante toda la semana, tras el prólogo del jueves anterior, donde el equipo de los atléticos (Álvaro y Leo) logró una ligera ventaja contra los madridistas (David y Jesús).
Los atléticos, convencidos de su superioridad tras el partido anterior, salieron muy relajados a la pista y lo pagaron. Los juegos del primer set caían con facilidad del lado madridista, y las risas se tornaban en silencios. Antes de que Miki (el espectador que vino a estudiar ¿?) pudiera encender su portátil, el equipo madridista había endosado un 6-0 sin apenas despeinarse. Álvaro no entraba en juego y Leo jugaba al son del "Buena Leo, buena" mientras dejaba las bolas en cualquier sitio menos en el campo contrario.
El segundo set parecía que iba a seguir la misma tendencia, y el equipo madridista ya ensayaba la Danza de la Victoria, pero los aficionados colchoneros encontraron la manera de contrarrestar los globos de David y la movilidad de Jesús. Con un juego directo y agresivo en la red, lograron igualar el tanteo, al ganar el segundo set por 6-1. Las risas y las burlas volvían a la cancha atlética.
Sin embargo, esta vez David y Jesús no estaban por la labor de regalar el partido y lograron un 4-1 en el tercer set. Todo rodado, ¿o no? En un alarmante y vergonzante ejercicio de falta de concentración y desprecio por el rival (esos gritos de Makoki) se dejaron empatar el set (4-4) con saque para Álvaro.
En este punto crítico del partido sucedieron dos cosas: la primera es que David y Jesús sacaron su casta de campeones y levantaron el set, hasta ganarlo por 6-4; y la segunda es que tanto Leo como Álvaro olvidaron las nociones básicas de contar puntos, aprendidas en Barrio Sésamo, y empezaron a protestar la puntuación, alegando cosas tan inexplicables como que era imposible que lleváramos tres sets jugados. El que iba a hacer de árbitro (Miki) estaba a flores y sólo levantaba la cabeza para robar puntos al equipo madridista. Pero los atléticos no paraban de protestar, como si todavía pensaran en Daudén Ibáñez, el árbitro del derby.
El cuarto set se desarrolló entre las quejas atléticas, los insultos derivados del pique de toda la semana y la superioridad madridista, que se plantó con 4-1. Pese a lo accidentado de la manga, fue en la que mejores jugadas se vieron, aunque el gran número de imprecisiones por ambos bandos no dejó muchos tantos dignos de recuerdo. Con los atléticos bastante desmoralizados, la victoria del set y el partido era cuestión de tiempo, cosa que se confirmó a eso de las 19,25, cuando los madridistas rompían el saque de Leo y dejaban el definitivo 6-3. Los madridistas mostraban la versión definitiva de su Danza de la Victoria mientras los atléticos afinaban su puntería intentando acertar a David, un hecho que demuestra la deportividad de la que se hizo gala durante todo el encuentro.
Como había tiempo se decidió seguir jugando y haciendo el idiota. En ese tiempo se sucedieron las siguientes acciones:
El partido se había calentado (y de qué manera) durante toda la semana, tras el prólogo del jueves anterior, donde el equipo de los atléticos (Álvaro y Leo) logró una ligera ventaja contra los madridistas (David y Jesús).
Los atléticos, convencidos de su superioridad tras el partido anterior, salieron muy relajados a la pista y lo pagaron. Los juegos del primer set caían con facilidad del lado madridista, y las risas se tornaban en silencios. Antes de que Miki (el espectador que vino a estudiar ¿?) pudiera encender su portátil, el equipo madridista había endosado un 6-0 sin apenas despeinarse. Álvaro no entraba en juego y Leo jugaba al son del "Buena Leo, buena" mientras dejaba las bolas en cualquier sitio menos en el campo contrario.
El segundo set parecía que iba a seguir la misma tendencia, y el equipo madridista ya ensayaba la Danza de la Victoria, pero los aficionados colchoneros encontraron la manera de contrarrestar los globos de David y la movilidad de Jesús. Con un juego directo y agresivo en la red, lograron igualar el tanteo, al ganar el segundo set por 6-1. Las risas y las burlas volvían a la cancha atlética.
Sin embargo, esta vez David y Jesús no estaban por la labor de regalar el partido y lograron un 4-1 en el tercer set. Todo rodado, ¿o no? En un alarmante y vergonzante ejercicio de falta de concentración y desprecio por el rival (esos gritos de Makoki) se dejaron empatar el set (4-4) con saque para Álvaro.
En este punto crítico del partido sucedieron dos cosas: la primera es que David y Jesús sacaron su casta de campeones y levantaron el set, hasta ganarlo por 6-4; y la segunda es que tanto Leo como Álvaro olvidaron las nociones básicas de contar puntos, aprendidas en Barrio Sésamo, y empezaron a protestar la puntuación, alegando cosas tan inexplicables como que era imposible que lleváramos tres sets jugados. El que iba a hacer de árbitro (Miki) estaba a flores y sólo levantaba la cabeza para robar puntos al equipo madridista. Pero los atléticos no paraban de protestar, como si todavía pensaran en Daudén Ibáñez, el árbitro del derby.
El cuarto set se desarrolló entre las quejas atléticas, los insultos derivados del pique de toda la semana y la superioridad madridista, que se plantó con 4-1. Pese a lo accidentado de la manga, fue en la que mejores jugadas se vieron, aunque el gran número de imprecisiones por ambos bandos no dejó muchos tantos dignos de recuerdo. Con los atléticos bastante desmoralizados, la victoria del set y el partido era cuestión de tiempo, cosa que se confirmó a eso de las 19,25, cuando los madridistas rompían el saque de Leo y dejaban el definitivo 6-3. Los madridistas mostraban la versión definitiva de su Danza de la Victoria mientras los atléticos afinaban su puntería intentando acertar a David, un hecho que demuestra la deportividad de la que se hizo gala durante todo el encuentro.
Como había tiempo se decidió seguir jugando y haciendo el idiota. En ese tiempo se sucedieron las siguientes acciones:
- Un par de juegos con un mínimo de seriedad.
- Sale Leo y entra Miki y se arrastra por la pista. Él dirá lo que quiera, pero le falta ritmo, mucho ritmo.
- Vuelve Leo y comienza el circo: tiro al blanco (David), payasismos varios y continuación del pique.
- Un par de juegos serios donde se ven grandes puntos, pero la cosa dura poco.
- Leo contra Jesús, ambos jugando con la mano izquierda. Leo descubre, a estas alturas, que es zurdo. Nunca es tarde si la dicha es buena.
El próximo jueves, a la misma hora, un nuevo encuentro entre estos cuatro titanes de la moqueta. Esperamos ver un espectáculo acorde a la calidad de la que todos ellos presumen. No se lo pierdan.
FICHA
Madridistas (David Risto "La Bestia" Federer Sparrow (D)-Jesús "Der Kaiser" (I)) ganan a Atléticos (Álvaro Kennedy Makoki (D)-Johann Leopold Risketto(I)) por 6-0/1-6/6-4/6-3
C.T. Coslada, pista 4.
Medio espectador (que entró de espontáneo a las 19,25)
Más fresco del que se presumía a lo largo del día, unos 13 grados con un ligero viento.
FICHA
Madridistas (David Risto "La Bestia" Federer Sparrow (D)-Jesús "Der Kaiser" (I)) ganan a Atléticos (Álvaro Kennedy Makoki (D)-Johann Leopold Risketto(I)) por 6-0/1-6/6-4/6-3
C.T. Coslada, pista 4.
Medio espectador (que entró de espontáneo a las 19,25)
Más fresco del que se presumía a lo largo del día, unos 13 grados con un ligero viento.
Muy buena crónica!! Relata el partido tal como fue, faltan las agresiones que sufrio Risto Federer!! Pero son tan malos los atléticos que no dieron ni un golpe, jajajajajajajajajajajaja
ResponderEliminarY Nadal fuera de dubai!!!!! jajajaajajjaajaa
Muy buena la crónica me he meado. El nivel del padle volverá a estar elevado en cuanto "Julian Miki Ross Van Der Meyde of all saints" obtenga su total recuperación y vuelva a coger el ritmo. Quizás un set baste para ello. Para esa vuelta, propongo un todos contra todos en las canchas de la hípica, una especie de mini torneo donde se decidirá quién es el puto House del padle. De nuevo, felicito al cronista.
ResponderEliminar¿Van der Mierde?
ResponderEliminarRecuerdo que el próximo jueves hay pista reservada. Lo de la Hípica, prepáralo un viernes y me apunto (el 16, no).
Gracias por los halagos.